1. Trabajar sin molestias
Con un brazo para monitor colocas tu pantalla a la altura de los ojos y a la distancia de visión adecuada. Tu postura mejora automáticamente, evitando así dolores de cuello y espalda.
2. Más productividad
¿Tienes dos pantallas una al lado de la otra? Con un brazo doble para monitor mantienes la visión general, trabajas más rápido y cambias de tarea con mayor fluidez. Diseñadores, desarrolladores y analistas saben lo valioso que es eso.
3. Espacio de trabajo extra
Al desaparecer la gran base del monitor, literalmente obtienes más espacio en tu escritorio. Útil para notas, un segundo dispositivo o simplemente tranquilidad.
4. Escritorio limpio y diseño elegante
Un puesto de trabajo se ve inmediatamente más profesional con un brazo para monitor. Los cables quedan ordenados y tu escritorio luce despejado.
5. Flexibilidad
Gira tu pantalla un momento para un colega. O cambia de trabajar sentado a estar de pie. Con un solo movimiento colocas tu monitor en la posición correcta.